No olvides visitar este enclave natural.
La ruta de los Pintores debe su nombre a la existencia de dos reconocidos artistas, ambos nativos de la zona por donde esta transcurre, brindando de este modo un afecto homenaje a su trayectoria profesional.

Las huellas del caminante...
Salimos de A Fonsagrada por la carretera LU-701, desviándonos en el PK 6 en dirección a Allonca. Transcurridos cerca de 6 km en esta dirección, comenzamos la ruta en la Ferrería de Pántaras hasta llegar al desvío de Relaio, donde cogemos la pista de tierra que pasa por delante de la casa y que nos lleva hasta el río Allonca, que cruzamos por el puente de madera.
Seguimos la senda que transcurre paralela al mismo, e inmersos en una boscosa zona de amieiros, castaños y robles, llegamos hasta la hermosa iglesia de Santa María de Allonca. Aquí encontramos una interesante fuente en la que se puede apreciar un túnel de 30 metros de largo.
Continuamos el camino atravesando un frondoso y centenario bosque de castaños, salpicado de corripas (construcciones circulares de piedra para guardar las castañas), hasta llegar al escondido molino de la Allonquiña.
En este punto, y antes de iniciar el camino de vuelta, debemos pararnos a tomar aliento y disfrutar del río Allonca y del ecosistema que lo rodea, caracterizado por un bosque de ribera, conformado por abedules y fresnos cuyas raíces reposan en las tranquilas aguas de este río.

Reencuéntrate con el pasado...
Caminando sobre nuestros pasos, cogemos dirección a Allonquiña, pueblo natal del pintor Manuel López Monteseirín. Encontramos en este punto, unas interesantes muestras de arquitectura popular, así como una antigua escuela.
Dejando atrás el pueblo de la Allonquiña, nuestra próxima parada será la casa grande de la Allonca.
Continuando por la senda, y camino de Pántaras, nos acercaremos hasta el Palomar de dicha propiedad, una muestra de arquitectura muy interesante.

Pueblos con historia...
Desde ese punto, el camino asciende hasta llegar al pueblo de Pántaras, lugar de nacimiento del artista Benxamín Álvarez. Aquí podremos contemplar los tejos centenarios, así como los numerosos hórreos y casas de una piedra, que dotan la este pueblo de un singular atractivo.
El camino final de la ruta transcurre por la carretera asfaltada, bajo las sombras de un gran soto que nos conducirán hasta su fin.