Comenzamos subiendo por la carretera LU-740 dirección A Fonsagrada y giramos en el primero camino a la izquierda. Enseguida llegamos a un pequeño núcleo de casas donde destaca Villa Severina, con su hórreo de techo. Cogemos la primera calle a la derecha, dejando a la izquierda el alojamiento turístico. En seguida encontramos de nuevo la carretera LU-740, y la cruzamos para continuar por la derecha por un camino en el que dejaremos atrás el asfalto.
Continuamos y tras superar una bajada de fuerte pendiente, el camino atraviesa una repoblación de pino. Unos cientos de metros más adelante, podremos descubrir en el margen izquierdo del camino, una carbonera.
El camino nos conduce hasta un promontorio de piedra con un mirador, en el que se esconde un cortín encajado en la base de la roca. Tenemos que continuar la ascensión hasta el castro, que bordearemos y comenzamos la bajada hasta el Río Rodil.
Encontramos el Puente Nuevo o Ponte del Rodil desde donde podemos ver la desembocadura del Río Veiga del Logares en el Rodil. Cruzamos el río y comenzamos la subida hasta que encontramos una corripa en la orilla izquierda del camino, que en este punto se bifurca. Seguimos por el ramal de la derecha, que nos conduce hasta una ramificación circular, por lo que aquí tenemos la posibilidad de reducir la ruta.
Tras cruzar el Puente del Castelo tomamos la primera desviación a la mano izquierda, que nos sube ata el pueblo de Parada, en otro tiempo habitado. Bajamos hasta el Río Parada, que nos guiará hasta llegar a los Molinos de Parada. Desandamos un tramo del recorrido hasta el Puente del Castelo y nuevamente en la corripa, cogemos el ramal de la derecha.
Comenzamos una fuerte ascensión atravesando un soto, en el que las miradas atentas podrán observar las marcas de propiedad hundidas en la corteza de los castaños. Seguimos el camino y vemos a la derecha el pueblo de Vilarín del Castelo, el camino continúa hasta que tomamos la primera desviación a mano izquierda, que nos introducirá nuevamente en un gran soto.
El camino se estrecha en una congostra que discurre entre muros y bajo el dosel de los acebos y de algún tejo, lo que nos anuncia la llegada al pueblo de luctuoso pasado, de Vilarxubín. Cruzaremos el pueblo y comenzamos a bajar por el soto hasta llegar de nuevo al Río Rodil y su unión con el Pontigón. Traspasaremos el Puente de Beltrán, y tras cruzar el bosque y superar una fuerte subida, llegamos a un camino que atraviesa una zona de repoblación de pinos.
El camino comienza con una fuerte ascensión, en la que ya se puede adivinar el fin de la ruta. Este tramo de la ruta es coincidente con la ruta de Santo André.
Tras pasar una oscura congostra que discurre entre prados de pastoreo, llegamos de nuevo a la carretera LU-740 y a la escuela de Vilardíaz.
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